A muchas personas les ha pasado que dejan de sentir inspiración por lo que están haciendo en el colegio o en el trabajo. Tienen este sentimiento de que no están dando todo de sí y que ya no rinden de la misma manera que antes. Te podrás preguntar, “¿Qué les ha pasado?” y aunque esa disminución puede deberse a varias razones, existe una causa que explica la deficiente motivación de estudiantes y trabajadores en la actualidad. Se trata del síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado. A continuación, te explicamos de qué se trata y cómo reconocer sus síntomas.
Se sabe que, en la mayoría de actividades productivas, ya sea académicas o laborales, habrá un cierto grado de estrés y presión. En la medida correcta, este tipo de estados emocionales le ayudan a la persona a volverse más competitiva y a incrementar sus aptitudes, siempre que sea eventual y no implique daños psicológicos o emocionales. Por ejemplo, el estrés puede ayudar a que un estudiante termine de estudiar todos los contenidos para un examen final. En ese escenario, es saludable cuando las sensaciones de estrés culminan toda vez que se ha tomado control sobre la causa que las provocó. Pero, se vuelve peligroso para la salud cuando ese estrés es continuo y la persona no puede evitar que se siga originando.
En psicología, a ese episodio de estrés constante se le denomina como cronificación del estrés laboral. Este síndrome se va desarrollando progresivamente hasta terminar, muchas veces, en la incapacitación para seguir con el trabajo habitual. Por lo que al sentirnos cansados de hacer lo mismo, sea en estudios o trabajo, dejamos de dar todo de nosotros y vemos una menor motivación hacia lo que hacemos. Esto ocurre generalmente en las profesiones que demandan entrega y dedicación hacia terceros. Como, por ejemplo, los profesionales de la salud, de la enseñanza y de asuntos sociales.
Sin embargo, el síndrome de burnout no solo se presenta a nivel profesional, sino que también puede suceder en el ámbito universitario. La consecuencia más común es que habrá una falta generalizada de energía, trastornos de estrés, trastornos de ansiedad y la necesidad de medicamentos para remediar el sueño. Debido a esto se generan actitudes de riesgo que afectan de gran manera a la motivación y al rendimiento. Por este motivo, es necesario saber reconocer las señales o síntomas del síndrome de burnout, para así poder actuar a tiempo y remediarlo.
Desmotivación y descenso de la productividad en el trabajo o en la escuela

Para poder rendir en la escuela, el colegio, la universidad y el trabajo, es necesario que nos encontremos motivados o que tengamos elementos de inspiración para seguir con nuestras actividades diarias. Cuando no existe un ambiente en el que se generen incentivos para promover la motivación, lo más probable es que se deje de tener el ánimo de seguir con las actividades. Es normal si la motivación se esfuma por un par de horas, es irrealista pensar que una persona se encuentra motivada las veinticuatro horas un día. De hecho, es normal que existan momentos de cansancio, para los que deberá haber pausas de desconexión y demás. Sin embargo, cuando esa desmotivación es constante y se manifiesta de una manera generalizada, es decir por más de dos días seguidos, podríamos estar frente a un posible síntoma del síndrome de burnout.
Al no sentir un nivel de motivación necesaria para realizar cualquier tipo de tarea, vemos que nuestro trabajo se ve afectado y así también nuestro historial académico o laboral. Esto se debe a un agotamiento físico y mental que se evidencia al observar fatiga, pérdida de apetito, dolor muscular o migrañas. Es importante tener en cuenta la salud física y mental, y siempre recordar las razones que nos mantienen motivados y enfocarnos en dar todo de nosotros cada día. Así mismo, una de las maneras para evitar este tipo de emociones negativas es tener pausas en el trabajo. Existen formas de organizar el tiempo de trabajo para evitar que se vuelva rutinario, aburrido o demasiado exigente.
Agotamiento físico y mental que llevan a una sensación de fracaso y frustración
Al padecer de este síndrome, es normal sentir que no se completaron las tareas esperadas de la forma deseada, esto genera un malestar emocional y dificulta en la toma de decisiones y calidad del trabajo. Sentirse frustrado debido a no obtener los resultados deseados, a pesar de haber invertido todo nuestro esfuerzo en ello, puede provocar emociones negativas y ocasionar una pérdida de interés. Esto igual está relacionado con el agotamiento mental o físico generalizado. Suele suceder que, en el espacio de trabajo, exista una carga demasiado pesado para poder realizar las tareas. También puede ocurrir que no hay un ambiente armónico con los compañeros de clase o de trabajo.
En otras ocasiones, el agotamiento puede deberse a otras causas subyacentes de la estabilidad mental. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada suele provocar una serie de emociones y pensamientos que deterioran la capacidad productiva de una persona. En general, alguien puede sentirse incomodo, molesto y preocupado sin razón aparente. Cuando esto se conjuga con el estrés que sienten la mayoría de trabajadores y estudiantes, los síntomas del síndrome del quemado se acrecientan. Todo esto lleva a otras dificultades que solo empeoran el escenario, como el insomnio, la irritabilidad y, en casos graves, cuadros de depresión.
Para actuar frente a este síntoma, es necesario que los trabajadores o estudiantes quemados se fijen límites de trabajo. Claramente, esto depende en gran medida de la organización de donde se encuentren; sobre todo, porque es esta última la que define las relaciones dentro de una empresa, universidad, colegio o escuela, así como el trabajo en equipo que se pueda llevar a cabo dentro de las mismas. Lo que queda de nuestra parte es realizar actividades de auto-cuidado, es decir, no excederse trabajando para evitar el cansancio y, por ende, la frustración que lo acompaña. Para esto, es necesario aprender a reconocer las señales del cuerpo y saber respetarlas. También es buena idea organizar el tiempo de manera que no haya el problema de que la carga laboral se sigue aumentando porque no se alcanzaron a terminar las tareas.
Desconcentración y despersonalización

Otro síntoma del síndrome de burnout es la incapacidad de concentrarse, así como la despersonalización. Una persona que tiene este síndrome tendrá un cambio en su actitud, pudiendo llegar a ser indiferente sobre sus procesos y responsabilidades. Incluso, esto le podría llevar a evitar realizar sus tareas, pues ya no siente el mismo compromiso hacia su trabajo. Las razones ligadas a este síntoma del síndrome tienen que ver con el entorno en el que se encuentra el trabajador o el estudiante. De igual manera, puede llegar a experimentar actitudes más hostiles o una respuesta más irritable de lo normal frente a las actividades en las que deba interactuar con otras personas.
La desconcentración también puede llevar a etapas de procrastinación, por lo que la productividad seguirá en descenso. Además, también puede notarse un deterioro cognitivo debido al síndrome del burnout porque pueden presentarse problemas relacionados con la falta de atención, debido a la desconcentración del trabajo. Por ejemplo, una persona con el síndrome empezará olvidar cosas pendientes, fechas de entrega, o dejará de participar en actividades en las que se necesite su opinión.
Todos esto influirá de manera negativa en la persona, por lo que cada vez el síndrome irá empeorando y manifestando síntomas con mayor fuerza. Cuando hay este deterioro, es posible que se experimente una sensación de falta de realización, luego eso tendrá consecuencias en la desmotivación y frustración de la persona. Por ello, es importante estar alerta de este tipo de comportamientos para poder encontrar las causas subyacentes y, así, poder evitarlos o superarlos. Una recomendación es identificar las razones que estén provocando que se origen estas emociones negativas.
Por ejemplo, desde la organización se debe revisar si existen recursos de ayuda disponibles y apoyo entre compañeros o si, por el contrario, se presenta una sobrecarga de trabajo, conflictos laborales, lagunas en las tareas asignadas, entre otros. También se deben analizar factores personales de cada trabajador, como su salud emocional, el nivel de exposición que ha tenido a circunstancias estresantes y su nivel de satisfacción dentro de la empresa. Como este es un análisis que depende, en gran parte, de la organización, lo aconsejable es recurrir a profesionales.
No obstante, nada quita que, de manera personal, también se pueda acudir a centros especializados en ayuda académica como ILVEM Ecuador. ¡Será un gusto ayudar a encontrarte de nuevo y sacar tu máximo potencial!