Un niño estimulado, tiene más posibilidades de desarrollar sus capacidades mentales, físicas, sociales y afectivas. La estimulación permite que el cerebro del niño aproveche la capacidad de adaptación y absorción de información y aprendizaje; esto es vital en el proceso escolar y de desarrollo.
Además, la estimulación permite que los niños desarrollen las áreas sociales, de lenguaje, cognitivas, perceptivas y motoras dentro del aula junto a otros niños; siempre con actividades específicas guiadas por nuestros especialistas.